El cantante, que mantiene su casa en la isla caribeña, ha puesto a la venta parte de Indian Creek (Miami)

La última imagen pública de Julio Iglesias (74 años) nos llegó a través de su Instagram la pasada Navidad en su casa de Miami. A los mandos de un coche de golf y en compañía de su nuevo perro, un labrador que responde al nombre de «Berklee», el cantante muestra su perfil favorito y sin más compañía que las palmeras que pueblan su residencia. En su web oficial tampoco hay actualizaciones ni las fechas de la que se supone iba a ser su gran gira en 2018, con motivo de sus 50 años en la música. En 2017 no hubo conciertos ni apariciones públicas, al igual que no ha querido -de momento- manifestarse tras saber que la prueba de adn que consiguio Javier Sanchez para reabrir su demanda de paternidad contra él ha dado un índice de coincidencia de un 99 por cien.

Pertrechado entre su gente de absoluta confianza, Julio lleva mucho tiempo fuera de combate. Colaboradores muy cercanos aseguran que no acaba de recuperarse de sus dolencias físicas y que cada vez le cuesta más caminar. La última operación en la espalda no parece haber eliminado los fuertes dolores que padece desde años atrás, a causa de los cuales pasaba casi todos sus conciertos apoyado en una banqueta y, siempre, con un calzado especial que le hace más llevadero caminar. «Julio siempre ha manifestado su miedo a que el día de mañana acabe en una silla de ruedas», asegura un buen amigo del artista. Y en eso está su lucha.

Pese a su inactividad profesional, el cantante está muy presente en la gestión de su fortuna. A la vejez viruelas, parece sentir el propio Iglesias, quien ha optado por liquidar parte de su patrimonio y recuperar cash con el fin de invertirlo de otra manera. Desde hace tiempo colgó el cartel de «se vende» en la impresionante parcela que posee en Indian Creek (Florida). «Se trata de tres hectáreas sobre el agua, un terreno de unas dimensiones que, te aseguro, nadie tiene en la mejor zona de Florida y por el que pide 120 millones de dólares (98 millones de euros). La cantidad puede sonar astronómica, pero lo que vende Julio es único. En esa parcela fue donde levantó su famosa casa de Indian Creek, que luego demolió. Entonces compró la propiedad que había al lado, de ahí que posea la parcela más importante de toda esa zona. En Palm Beach no hay otra parecida», asegura un experto en inmuebles de Miami, que ha recorrido ese terreno.

La casa de Julio en Indian Creek

Fue precisamente allí donde Julio realizó algunos de sus célebres reportajes y grabó sus mejores discos en un estudio que montó. Tras muchos años, decidió derribar el complejo y comprar otra residencia cercana, no tan grande, donde actualmente vive su mujer Miranda Rijnsburger con los hijos fruto de este segundo matrimonio. Pero donde Julio pasa más tiempo es en su residencia de Punta Cana.

Los años dorados

Precisamente en República Dominicana es el país que Julio Iglesias eligió para sus inversiones más ambiciosas, siempre de la mano del diseñador Óscar de la Renta, a quien consideraba como un hermano. Junto con Frank Rainieri y Theodore W. Kheel montó el Grupo Punta Cana, que tiene, entre otras propiedades, el aeropuerto de la localidad, dos campos de golf, varias urbanizaciones y hoteles. Julio y Óscar vivieron unos años dorados hasta la muerte del diseñador dominicano en 2014. Esa pérdida, además de las nuevas y más duras normas fiscales en la República Dominicana, motivó que meses atrás el cantante decidiera dar un vuelco y vender toda su participación -un 25 por ciento-, quedándose únicamente con un 5 por ciento del aeropuerto de Punta Cana. «Desde que Óscar murió, Julio ya no se encontraba a gusto. Nunca se entendió del todo con Rainieri y eso, unido a los cambios fiscales, que ya no son tan atractivos en este país, hizo que liquidara su porcentaje. Además de esa pequeña parte del aeropuerto -que supone un gran negocio-, lo único que mantiene en este país caribeño es su casa de Punta Cana, donde pasa casi todo el tiempo. Por esta operación de venta se calcula que puede haberse embolsado cerca de 300 millones de dólares (245 millones de euros)», comenta un inversor de la zona.

El futuro

Gente cercana al artista también asegura que con esos beneficios ya habría adquirido una mansión en Panamá, hoy foco de atención de los inversores que siguen buscando lugares con una fiscalidad atractiva. «Julio se está haciendo mayor y no sería extraño que quisiera poner su patrimonio lo más accesible posible con el fin de organizar bien las cosas de cara al día de mañana», añade una persona de su entorno. Con tres hijos habidos de su matrimonio con Isabel Preyler (Chábeli, Julio José y Enrique), más cinco con Miranda (Miguel, Guillermo, Rodrigo y las gemelas Victoria y Cristina), ahora falta saber si Javier Santos sería el noveno de la lista. «Si Julio resulta ser el padre, estoy segura que se comportará como tal», ha declarado al respecto Preysler cuando le preguntaron por esta demanda. «A Julio lo de esa paternidad no le preocupa lo más mínimo», añade una amiga. Y conociendo el carácter del cantante, nada haría prever que fuera a llevarse el disgusto de su vida en caso de que la Justicia diera la razón a Santos.

Eso sí, de la fortuna de Julio en España habría que destacar únicamente la finca que posee en Ojén (Málaga), y que es otra «joya» dado que, además de la casa que en su momento compró a Curro Romero, posee 250 hectáreas para gozar de una tranquilidad absoluta cuando pasa los meses de verano con su familia. «Ese terreno, en ese enclave, vale lo que muy pocos imaginan. Es un auténtico paraíso y por eso a Julio le encanta pasar temporadas allí cuando no está en Punta Cana o en Miami», añade su amiga.

Alejado de las cámaras, no está claro aún que Julio Iglesias realice la gira que deseaba para este año. Todo dependerá de la salud y de su ánimo. «Julio canta ante el público para su propio placer, ya que tiene dinero para tumbarse al sol durante esta y muchas otras vidas», dicen en su entorno. Y su olfato para los negocios avala ese argumento.