Por Humberto Salazar

Lo primero que aclaramos es que tenemos un profundo respeto por los integrantes de la cúpula de la Iglesia Católica en todo el mundo, por supuesto la nuestra en República Dominicana, pero como médico tenemos que enfrentar algunos de los conceptos que emiten frente al tema de las causas de interrupción del embarazo que incluye el Poder Ejecutivo en las observaciones hechas al Código Penal.

Plantear que una vida, no importa que lo diga la Constitución dominicana que no es un tratado de gíneco-obstetricia, se produce desde la unión de dos células, una llamada óvulo y la otra espermatozoide, es negar los avances que ha hecho la ciencia médica en los últimos años para tratar lo que dicen defender los obispos en su carta, que es la creación de una familia.

En núcleo familiar central se compone de padre, madre, hijos e hijas, solo que son muchas las parejas que por razones de diversos tipos no tienen capacidad de procrear, algunos son casos descritos en la Biblia, libro sagrado de los judíos y los cristianos, donde Sarai, la esposa de Abraham, quien es el padre del pueblo judío y por lo tanto ascendiente de Jesús, no podía procrear, y siendo una anciana tuvo que venir un ángel para anunciarle el milagro se iba a producir en su vientre de donde nació Isaac.

Pues como en los tiempos modernos los milagros y las visitas de los ángeles con estos fines son escasas, son los científicos los que han tenido que desarrollar técnicas para permitir que las parejas sin hijos sean capaces de procrear.

Una de las mas conocidas es la denominada fertilización in vitro, que no es mas que la obtención de varios óvulos del organismo de una mujer previamente tratada para ponerlo en condiciones de fecundarse, unirlo fuera del organismo en un medio líquido con espermatozoides obtenidos de un hombre, y lograr que sean fecundados en este medio artificial.

Generalmente se usa el ovulo fecundado de mejor calidad, se saca del lugar donde fue fecundado y se inserta en el lecho uterino, de modo que crezca y se multiplique hasta que se forme un producto que puede ser niña o niño, algunos ya pueden seleccionar el sexo que prefieren para sus hijos.

¿Qué se hace con el resto de los óvulos fecundados que no son usados?, pues se desechan, es decir, bajo el criterio del documento de los eclesiásticos y a la luz del articulo de la Constitución que afirma que cada uno de esos óvulos fecundados son una vida, entonces los médicos que se dedican a realizar las denominadas fertilización in vitro son asesinos en serie.

Algo inaudito, increíble que alguien pueda tratar de juzgar los avances de la ciencia, que permiten precisamente consolidar la institución que dice la iglesia defender, que no es mas que la familia, a la luz de conceptos religiosos que ya no son sostenibles en el mundo en que vivimos, donde la ciencia y el conocimiento han puesto al servicio de los seres humanos avances inimaginables hace 50 años.

Pareciera según los obispos dominicanos, que es el gobierno quien se ha inventado las causales por las cuáles debe ser permitida la interrupción de un embarazo en algunas circunstancias.

Nada mas alejado de la realidad, es la Organización Mundial de la Salud, organismo de las Naciones Unidas que se encarga de promover las políticas sanitarias a nivel global, la que ha definido cuáles son los padecimientos o circunstancias, que en el caso de la salud, ameritan la intervención medica e interrumpir un embarazo.

Estas son:

Para salvar la vida de la madre, cuando la continuación de un parto significan un riesgo grave para su vida. Para salvar la salud física o mental de la madre cuando estas están amenazadas por el embarazo o por el parto. Para evitar el nacimiento de un niño con una enfermedad genética o congénita grave, que es fatal o que le condena a padecimientos o discapacidades muy graves. Para reducir los fetos en casos de embarazos múltiples hasta un número que haga el riesgo aceptable. Como en muchas cosas hay que dejar a las personas que hagan su libre elección, siempre con regulaciones legales punitivas que impidan el aborto criminal generalizado, pero obligar a las mujeres en base a creencias de una de las muchas iglesias que hay en el país, aunque sea la mayoritaria a tener una legislación que condena la interrupción del embarazo en toda circunstancia, parece una consigna de la época del oscurantismo.

Para nosotros el deber de la Iglesia Católica, es enseñar a sus fieles todo lo que quiera sobre este tema, para que tengan capacidad de escoger cuál es el camino que está acorde con su conciencia si es que la vida pone en su camino una situación de salud donde realizar la interrupción de un embarazo es uno de los tratamientos probables, en este caso, serán la mujer y su familia quienes decidirán bajo el consejo médico.

Querer imponer sus creencias al resto de la sociedad de manera coercitiva y por ley del congreso, es una irracionalidad que se fundamenta en un dogma religioso que no todos tenemos que aceptar, esta es una sociedad laica y con libertad de cultos, simplemente se pide que la mujer dominicana mas pobre, la que no puede ir a una clínica privada o al exterior, pueda salvar su vida ante un problema que es principalmente de salud, que no compete en estos casos conceptos legales o religiosos.

Ya lo dijo ayer la Fiscal del Distrito Nacional, Jeny Berenice Reynoso, en 14 años que, lleva en la judicatura, nunca ha visto una condena por un caso de aborto, en un país donde todos sabemos que se realizan miles de estos procedimientos en las peores condiciones y bajo las manos mas torpes.

Los obispos deberían contratar asesores médicos especialistas en el tema, para que les describan como ya se puede escoger desde el color de pelo hasta el fondo de los ojos de los niños que van a nacer, para que entiendan un poco de genética y comiencen a variar sus posturas radicales, porque la ciencia, hace mucho tiempo que ganó la batalla del conocimiento.