ex-Presidente de la República Hipólito Mejía.

Por Humberto Salazar

En un ¨macheteado¨ video de apenas trece minutos, el ex-Presidente de la República Hipólito Mejía se atrevió a hablar de corrupción e impunidad, como si los dominicanos hubiéramos sido despojados de la memoria o seamos un grupo de pacientes afectados del mal de Alzheimer.

Lo cierto es, que Hipólito Mejía encabezó un gobierno marcado por actos de corrupción y robo de los dineros públicos, que fueron una verdadera piedra de escándalo, cuando al ser inquirido públicamente sobre estos hechos daba su apoyo público a los funcionarios involucrados en un acto lastimero de protección a quienes consideraba sus ¨amigotes¨.

A Hipólito se le olvidó como se burlaba el que fuera director del Indrhi en su gestión, señor Silvio Carrasco, cuando fue acusado y sometido a un interrogatorio de parte de la productora de televisión Nuria Piera cuando le preguntó sobre el reparto de vehículos a sus empleados con fondos públicos y los contratos a su propia empresa de nivelación de suelos, entre otras bellezas.

Cuando a Hipólito Mejía se le preguntó sobre ese tema, no solo se molestó e intentó abochornar al periodista que osó inquirir con una pregunta a ¨su majestad Mejía¨, sino que ni dejó que terminaran de hablarle cuando airado respondió: ¨ese funcionario tiene todo mi apoyo y respeto…ese es un funcionario que se queda ahí…se queda ahí ese funcionario aunque haya dispendio…¿tamo claro?¨

Es decir, el paladín de la lucha contra la corrupción y la impunidad que escuchamos anoche hablar, llamado Hipólito Mejía, no solo apoyó a su amiguito Silvio Carrasco públicamente y sin exigir siquiera una aclaración de su parte, sino que le dio carta blanca (nunca mejor dicho) para que hiciera y deshiciera en esa pobre institución, ya que no importa lo que pasara se quedaba ahí donde estaba ¨¿tamo claro?.

Para dar una idea del tipo de gobierno que existía en el país en el periodo del 2000 al 2004, recordemos la actitud que tuvo el entonces Presidente Hipólito Mejía, cuando el juez de la 8va Cámara Penal del Distrito Nacional, Modesto Martínez, citó al que fuera jefe de la policía Pedro de Jesús Candelier a su despacho, para que diera alguna explicación acerca de porque la institución que dirigía violaba la Constitución al mantener presos a ciudadanos sin expedientes judiciales.

La respuesta de Mejía fue, aparte de que ¨a mi no me importa la Constitución¨, que el señor Candelier, conocido por sus métodos represivos y cavernarios, ¨no va a ir. No debe ir. ¿Porqué? se le preguntó. ¨Porque no¨ respondió.

Aunque esto era una clara violación a la Constitución que establece la separación de los poderes públicos, la no intervención del poder ejecutivo en decisiones del poder judicial y una violación del mismo presidente de la República al estado de derecho que obliga a los ciudadanos, no importa su condición a presentarse ante las autoridades judiciales frente a cualquier citación de un. Funcionario competente.

Es decir, lo que presidió Hipólito Mejía fue un verdadero desorden en el Palacio Nacional, de modo que heredamos de sus gobiernos una deuda eterna llamada en forma eufemística ¨deficit cuasi fiscal¨ del Banco Central de la República Dominicana, la que hoy es la fecha que tenemos que estamos pagando los intereses que salen del bolsillo de los contribuyentes dominicanos, es decir, del bolsillo de todos nosotros.

Ni hablar de los escándalos alrededor de la Pepe-Card, una tarjeta de crédito con múltiples copias y sin límite ninguno, que fue otorgada al entonces presidente por el mismo que fue condenado a 10m años de prisión, varios años después de este haber salido del gobierno, y que se pagaba con la contabilidad paralela que se demostró en el juicio operaba en el banco de ¨todas las posibilidades¨, es decir, el BANINTER:

No sabemos como Hipólito se atreve a mencionar siquiera el nombre de ese banco, que junto a los demás que quebraron en un periodo de solo dos años, llevó a la pobreza y la miseria a mas de 1 millón 400 mil dominicanos, situación de la que hemos tenido que recuperarnos en forma paulatina y todavía es la hora que sufrimos algunas de las consecuencias de la alocada política económica que sufrimos durante su gobierno.

Pero no solo eso, Mejía dio el triste espectáculo de literalmente ¨cubear¨ al Fondo Monetario Internacional, que en un momento determinado y ante la burla de que fue objeto por parte de la administración este organismo internacional tuvo que suspender un préstamo stand-by que había negociado para rescatar la maltrecha economía dominicana.

Todo lo que narramos está plagado de personajes funestos, delincuentes confesos, muertes extrañas de ayudantes civiles ligados al narcotráfico, descubrimiento de un cargamento de drogas en el vehículo de un cónsul dominicano destinado en Puerto Principe, funcionarios vinculados a la trata de personas y al trasiego de ilegales a territorio de los Estados Unidos, es decir, una funesta colección de ¨personajillos¨ cuya profesión era delinquir y robar.

No sabemos quien acusó a Hipólito, como dijo el en su discurso de ser dueño de una finca en Azua o una siembra de mangos en Fundación, lo que nunca se aclaró es que pasó con la casa de Jarabacoa, los invernaderos y muchas otras cosas mas, eso se quedará en la historia de la impunidad que ha regido entre los políticos de este país.

En fin en ahora combatiente en contra de la corrupción y la impunidad fue sacado del poder por el voto popular, no si antes haber quebrado el país, que fuéramos objeto de burla en las reuniones de cualquier tipo a las que asistía y sobretodo, acompañado por una serie de funcionarios y allegados a quienes se les acusó de cometer todo tipo de tropelías en el ejercicio del poder.

Ay no señor Hipólito Mejía, no intenten jugar usted y los suyos con la memoria de este pueblo, que bien los dice el refrán: ¨dime con quien andas y te dire quien eres¨ y usted estuvo y esta muy mal acompañado.